Trastornos del sueño y afectividad: ¿cuál es la relación?
Cerca del 40% de la población mundial padece alteraciones del sueño, según la OMS. Una reciente búsqueda de Central de Inteligencia Médica de RIMA investiga las causas afectivas relacionadas a este trastorno frecuente.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce 88 tipos distintos de trastornos del sueño, pero el insomnio es el más frecuente. El insomnio crónico afecta al 8-10% de la población adulta, y el insomnio transitorio lo sufren alrededor del 40% de la población de cualquier país occidental.
Las causas de trastornos del sueño son muy diversas: físicas -trastornos metabólicos, cardiovasculares, genéticos, ginecológicos, respiratorios, gastrointestinales-, así como psicológicas: estrés, depresión y ansiedad. Pero “Alteraciones del sueño:la punta del iceberg de los problemas afectivos”, una reciente búsqueda de Central de Inteligencia Médica de RIMA, va más allá: publica diversos estudios sobre cómo la afectividad y los problemas psicológicos afectan directamente el sueño de los individuos.
Una de estas investigaciones, “Reduced sleep quality in healthy girls at risk for depression”, de la Revista Journal of Sleep Research, dice que la depresión se caracteriza por dificultades para dormir, pero el grado en que las alteraciones del sueño subjetivo y objetivo preceden a la depresión todavía no son claras. Este estudio fue diseñado para examinar las percepciones de la calidad del sueño en chicas sanas física y psicológicamente, pero con una diferencia sustancial: un porcentaje de estas menores tenían madres con antecedentes de psicopatología y el resto no. El resultado fue contundente: las chicas con alto riesgo familiar sufren significativamente peor calidad de sueño subjetivo que las niñas de bajo riesgo. E indica que este trastorno en el buen dormir es, además, un marcador de riesgo para la depresión mayor en la adultez.
Asimismo “Insomnia and Daytime Sleepiness Are Risk Factors for Depressive Symptoms in the Elderly”, un estudio de la Revista Sleep incluido en esta búsqueda de CIM y realizado en Francia en mayores de 65 años, revela que los síntomas de insomnio, somnolencia diurna excesiva y el uso prolongado de medicación para el sueño aumentan el riesgo de depresión posterior en los ancianos.
Además, la Revista Pediatrics in Review publicó recientemente “Complementary, Holistic, and Integrative Medicine: Depression, Sleep Disorders, and Substance Abuse”, donde indica que la depresión y los trastornos del sueño afectan actualmente a un gran número de niños y adolescentes. Y aunque advierte que la evidencia científica recomienda la intervención psicofarmacológica para contrarrestar estas patologías, los autores de esta revisión aconsejan como terapia un estilo de vida saludable, un medioambiente sano, terapias mente-cuerpo (meditación, yoga, autohipnosis, relajación), masajes, y suplementos nutricionales para disminuir el estrés y mejorar el dormir en la niñez y la adolescencia.
Ingrese ahora en “Alteraciones del sueño:la punta del iceberg de los problemas afectivos”, donde encontrará diversos estudios sobre esta patología tan difundida en la sociedad contemporánea.